Granada
A los pies de Sierra Nevada, entre los ríos Darro y Genil, se extiende Granada con su inconfundible aroma árabe. Su gastronomía, artesanía y urbanismo se ven determinados por su glorioso pasado histórico.
Granada, una ciudad mágica para descubrir.
Situado en lo alto de la colina al-Sabika con la Sierra Nevada de fondo, este imponente complejo formado por preciosos palacios, jardines y una fortaleza de estilo andalusí, fue construido por orden del Rey Nazarí Muhammad ben al-Ahmar en 1238 y después de la reconquista cristiana pasó de alojar al emir y la corte del Reino nazarí, a convertirse en residencia real Castellana, además de hacerse varias reformas y ampliaciones.
Una de las grandes experiencias que ofrece este barrio es entrar al atardecer en una de sus famosas cuevas para disfrutar de una zambra, una fiesta gitana en la que se canta y baila flamenco.
Este barrio, que se extiende desde el cerro de San Miguel hasta la calle Elvira, es ideal para perderse por sus laberínticas callejuelas en las que perdura la esencia árabe e ir encontrando sus rincones con más encanto.
El mejor momento para llegar al mirador es un poco antes del atardecer para sentarte en el muro y esperar la puesta de sol, mientras la ciudad se va iluminando.
Si está muy lleno puedes acercarte a la Placeta de los Carvajales, que ofrece unas excelentes vistas de la Alhambra y el Generalife, o entrar en el patio de la Mezquita Mayor de Granada, que tiene unas vistas más tranquilas de la Alhambra.
Aunque oficialmente es el Paseo del Padre Manjón, se conoce popularmente como el de los tristes por ser antiguamente el camino hacia el cementerio de San José.
En la actualidad este precioso paseo por el corazón de Granada, situado entre los puentes árabes de las Chirimías y del Aljibillo, tiene varios puntos de interés como la escultura del bailaor Mario Maya, la Iglesia de San Pedro y San Pablo y sobre todo, la Casa de Castril, un fantástica casa renacentista del siglo XVI que tiene un curioso balcón tapiado que esconde una leyenda.
Obra cumbre del renacimiento español, la fachada principal enamora por su mezcla de estilos entre los que predomina el barroco mientras que el interior impresiona por sus enormes dimensiones, sus altas columnas clásicas y sus bellas capillas, entre las que destaca la Capilla Mayor aunque sin duda, la más bonita es la Capilla Real (no se permiten las fotos), situada en un anexo de la Catedral y en la que descansan los sepulcros de los Reyes Católicos, su hija heredera Juana la Loca, su marido Felipe el Hermoso y el infante Miguel de la Paz.